Casi cualquier individuo puede experimentar estados depresivos. La enfermedad depresiva esta entre los problemas de salud más comunes, se asocia con invalidez, deterioro funcional, riesgo de cronicidad, recuperación incompleta, aumento de visitas médicas, estancias hospitalarias largas, productividad económica disminuida, pérdida significante de empleo, aumenta el riesgo para el suicidio y es comparable a enfermedad médica mayor. (Simon, 1995; Sturm. R.,Wells. K., 1995; Valestein, 2001) Además se relaciona con un alto costo social a través del uso de grandes proporciones de servicios de salud, en los Estados Unidos, se estiman los costos directos e indirectos para la atención de depresión en $43.7 mil millones por año. (Valestein, 2001)
En México, se considera dentro de los problemas emergentes que no causan gran mortalidad pero sí la pérdida de un importante número de años de vida saludable, los trastornos depresivos siguen siendo un problema poco explorado, pero se sabe que en las próximas décadas serán la principal causa de pérdida de vida saludable en el planeta, ya que su prevalecía mundial global es de diez por ciento en la población adulta y tiende a aumentar. Actualmente en México hay casi cuatro millones de personas con depresión, por lo que debe considerarse un problema emergente. Hay que asumir
como estratégicas las acciones encaminadas a su estudio y prevención. (SS, 2001)
Se realizó el Estudio de caso de paciente con Cuadro Depresivo, con el objetivo de desarrollar un modelo de intervención con recursos alternativos, complementarios y tradicionales para determinar la efectividad de la intervención terapéutica. Es una investigación de corte cualitativo, descriptivo, comparativo y cuasiexperimental.
La intervención terapéutica incluyó: establecer el diagnóstico empleando los recursos de lengua, pulsos y teoría de síndromes, para el tratamiento se recurrió al: Qi Gong, acupuntura, masaje, aromaterapia, herbolaria,temazcal y alimentos.
En el estudio de caso estudiado se emplearon instrumentos validados estadísticamente para recoger información, se evaluó la autopercepción de salud, mediante la utilización de las laminas COOP (Dartmount Primary Care Cooperative Information Project) (Nelson, 1987) para valorar la capacidad funcional en cuanto a condición física, psíquica, trabajo diario, actividad social, dolor, salud global, integración social y calidad de vida.
El estado depresivo sé midió por el cuestionario Profile Mood States (POMS) (McNair, 1981). Este es un instrumento validado (McNair, 1981); conformado por seis subescalas de medición del estado de humor que son: tensión, depresión, ansiedad, fatiga, confusión, y vigor (qué es negativamente medido). Además, se aplico el Norbeck Social Support (NSS) para medir el apoyo social y se obtuvieron datos demográficos por medio de otra encuesta.
Los diferentes instrumentos se aplicaron en pre-test y pos-test como una herramienta de diagnóstico. Y para medir los efectos que produce el modelo de intervención terapeutica sobre el bienestar psíquico de los pacientes.
El modelo de intervención con recursos alternativos, complementarios y tradicionales para la depresión ha demostrado ser una estrategia terapéutica efectiva que puede ser usado como un modelo terapéutico. Los beneficios del modelo de intervenciones con recursos alternativos, complementarios y tradicionales para la depresión son de costo-efectividad, demostrados a través de desarrollar un modelo de fácil aplicación y alta viabilidad.
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