viernes, 19 de diciembre de 2008

Características: El ajo que comprende más de 200 especies

Características

El ajo —que comprende más de 200 especies, encabezadas por el “ajo común”— es una planta de bulbo tunicado que exhala un fuerte olor muy especial, debido a un aceite muy volátil y difusible que es el principio activo de esta planta.

En varias regiones del mundo, muchos campesinos, a pesar de que viven en habitaciones poco higiénicas y malolientes, se con servan sanos y vigorosos. Esto se debe fre cuentemente a que consumen ajo, el cual neutraliza muchos efectos tóxicos y cuyo olor impregna todo el ambiente.

Es posible librar los árboles de sus parásitos con sólo plantar unos cuantos dientes de ajo a su alrededor.

Uso medicinal

Son muy numerosas las propiedades medicinales del ajo. En síntesis, el ajo es: muy estimulante, antiespasmódico, diurético, antiflatulento, expectorante, vermífugo, antiescorbútico, febrífugo, antirreumático, útil en las bronquitis y preventivo contra ciertas fiebres, el cólera, la difteria y muchos otros males.

Para tan variadas enfermedades, se recomienda esta fórmula:

Dientes de ajos (pelados) 500 gr

Agua 1/2 litro

Se hace hervir un rato, se retira del fuego y se le añade 500 gramos de azúcar. Se deja reposar durante unas 12 horas, destapado el recipiente para que el ajo pierda algo de su olor característico; se calienta de nuevo y se cuela, en lo posible a través de una muselina clara. Dosis para todos los casos: 100 gramos, repartidos en 3 tomas diarias, media hora antes de las comidas.

Como vermífugo o vermicida, produce buenos efectos en lavativas:

Dientes de ajo (pelados) 20 gr

Agua cantidad suficiente para un lavado Se hace hervir, se tapa para enfriar, se cuela y está listo para usarse.

Exteriormente sirve contra la tiña y la sarna, aplicando diariamente el ajo machacado, sin grasa, a las partes afectadas.

Dicen que es un excelente remedio contra la hidrofobia (o mordedura de perro rabioso). En Rusia, hacen que el enfermo coma ajo o tome infusiones de ajo lo más calientes posible, sometiéndolo luego a un baño de vapor o abrigándolo bien, a fin de que transpire lo más que pueda. Este método puede ser útil mientras demora en llegar el médico o mientras se consiga el antídoto requerido.

Se recomienda a los tuberculosos que aspiren el olor del ajo, pues mata los microbios dañinos y suele producir alivio.

Se recomienda también el ajo como antirreumático, pues purifica la sangre de muchas substancias tóxicas, especialmente del ácido úrico.

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